martes, marzo 30, 2004
Tiempos
Eran tiempos de equinoccios y solsticios
de persuaciones esdrújulas, artísticas.
Me deslumbraban las nonagésimas eclípticas
las búsquedas exactas y diacríticas.
Estaban los vernales y hienales
parientes lúdicos de australes y boreales.
Había variedades hemisféricas
misceláneas latitudes astro-trópicas
Longitudes de fantasías exógenas,
meridianos planisféricos del cénit culminante.
La sub-historia se proyectaba en lo onírico,
en los corpúsculos inquietos,
en los ecos de impotencias o resabios,
sedimentos derivados de vigilia.
Y un día ví un malvón
con sus hojas reniformes y afelpadas,
sus rústicos orbículos anémicos,
sus flores en umbela,
su astronómica metáfora,
su invisible analogía.
Y ahí llegó lo blogosférico, inquietante,
el falatorio arácnido
y el etílico delirio resacante
y en el nadir de la noósfera
lo petit-erótico-ibérico,
el vértigo prenacido bajo cero
en el plácido vicio de la crónica
No eran ni son tiempos lejanos,
un pretérito o dos casi presentes,
como un cúmulo de sincronías dispares,
conjuntos de inquietudes yuxtapuestas
y montículos intrínsecos vibrantes.
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de persuaciones esdrújulas, artísticas.
Me deslumbraban las nonagésimas eclípticas
las búsquedas exactas y diacríticas.
Estaban los vernales y hienales
parientes lúdicos de australes y boreales.
Había variedades hemisféricas
misceláneas latitudes astro-trópicas
Longitudes de fantasías exógenas,
meridianos planisféricos del cénit culminante.
La sub-historia se proyectaba en lo onírico,
en los corpúsculos inquietos,
en los ecos de impotencias o resabios,
sedimentos derivados de vigilia.
Y un día ví un malvón
con sus hojas reniformes y afelpadas,
sus rústicos orbículos anémicos,
sus flores en umbela,
su astronómica metáfora,
su invisible analogía.
Y ahí llegó lo blogosférico, inquietante,
el falatorio arácnido
y el etílico delirio resacante
y en el nadir de la noósfera
lo petit-erótico-ibérico,
el vértigo prenacido bajo cero
en el plácido vicio de la crónica
No eran ni son tiempos lejanos,
un pretérito o dos casi presentes,
como un cúmulo de sincronías dispares,
conjuntos de inquietudes yuxtapuestas
y montículos intrínsecos vibrantes.