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viernes, enero 28, 2005

Robadores, la definición 

Kielov ha hecho una gran disertación sobre "Los Robadores". Pero creo necesaria una definición previa que aclare un poco las cosas y luego sí, pasen y lean.


Robador: dícese de aquel que a la hora de sumarse a la propuesta de un pedido de helado con envío a domocilio (léase delivery) en noche de verano se manifiesta fuera de la moción para luego, una vez llegado el pedido/delivery en cuestión, pasar a probar las distintas propuestas empotadas, degustando y volviendo a degustar en forma supuestamente circunstancial. El Robador actúa - roba - en forma cada vez más activa, un crecimiento de protagonismo casi imperceptible que lo lleva a convertirse en un participante activo de la moción otrora ajena a sus intereses.

Los perjuicios causados por el robador son variados. A primera vista podría creerse que sólo se trata de un daño monetario: el robador no paga y come. Pero esto no es lo más grave. Hay quien, incluso, lo considera anecdótico. Lo preocupante y crítico de la situación está relacionado con las dosis resultantes para cada comensal: el numerador (cantidad de helado) se mantiene fijo mientras que el denominador (cantidad de bocas a alimentar, cantidad de gulas a satisfacer) crece al ritmo del ansia del Robador, convirtiendo a las dosis en algo indefectiblemente más pequeño.
Es seguramente por esto que, en los principios del tercer milenio, nace la necesidad de oficializar su condición creando, para esto, el término de "Robador": de esta manera, los Robadores se cuantifican en el momento de hacer el pedido permitiendo que el cálculo se ajuste más a la realidad. La idea es contar con robadores confesos de antemano, no en pos de sancionarlo ni discriminarlo ni de ningún otro tipo de pena social: por el contrario, la idea es aceptarlo (porque existe) y tratar de minimizar sus consecuencias a tiempo y en forma. (N de la R: No son pocos los expertos que afirman que aquellas sociedades con Robadores Confesos tienen su futuro de paz y abundancia asegurado).
Así las cosas, la práctica del pedido queda levemente modificado desde su origen: un buen organizador, un buen "pedidor comunitario de helado" debe manifestar, por lo menos, las siguientes dos preguntas iniciales "quiénes quieren pedir helado?" y, esta es la novedad, "cuántos robadores tenemos?" (en definitiva lo que importa es la cantidad y no la identidad de ellos).
Los Robadores suelen actuar en comunidades, se presentan en grupos de 3 o 4 aproximademente y suelen representar entre el 30 y el 85% de la totalidad presente. No está comprobado, pero hay quien dice haber presenciado noches de unanimidad de robadores.
Por último, y esto puede resultar de difícil comprensión, la figura del Robador cuenta con cierta visión tierna y encariñada de sus víctimas (es decir, la sociedad toda) quienes se resignan a aceptar que el Robador, en definitiva, no es más que una simpática víctima de los más bajos impulsos que lo dominan.


Ahora sí: la disertación de Kielov

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jueves, enero 27, 2005

Conjuro para el paratriqui 

Con este sincesar de sinsabores
este sinfín de sinsentidos y sinrazones.
Es decir:
Este noser o noser,
este así y asá cuestarriba.
Ni con ton ni con son ni el muymuy o el tantán:
la negación pordoquier.

El quebueno no aparece
ni en lo todoconó, ni en el amorodio.
En ningunaparte, en ningunlado:
nadaporaquí, nadaporallá, y nada de abracadabras.

Abracadabras, esto es, patasderrana y unantiparramás: nadadenada.
Los denada son para las gracias
como si el detodo fuera para desgracia.
Será lo malo de los buenosaires,
o lo masmenosquemás del ánimo con desánimo.
Será lumedad, será loquemata,
Será loquesangra, loquenosedá.

O quizás sea un maldeojo ajeno.
Esosí: un creerorreventar de tanto destiempo.
Talcual: talparacual.
Que valga, entalcaso, este conjuro en Juramento.
Que valga como quientehavisto y quientevé,
como un telibero detodomal,
como un bastaparamí y un bastaparatodos.
Que valga entalcaso y en todosloscasos
como un siysolosí,
como un equistalqueequis.
Alderecho y alrevés y viceversa.
Y queasísea.


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martes, enero 25, 2005

Funfu 

En determinados momentos me dá por tartamudear. En otros no puedo resistir la tentación de resquebrajar. A veces se me da por cacarear si es que no me pinta parpadear. Y claro, no son pocas las ocasiones en que lo único que parece valer la pena es balbucear. Pero entre todas estas cosas hay una que nunca podría abandonar: no hay placer más grande que el de refunfuñar.

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domingo, enero 23, 2005

El podio 

- El Puente del Inca.
- La fiesta del chivo y su feria de baratijas (en orden inverso).
- Wl mercado central de Mendoza.

Ya desarrollaré. O no.

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