<$BlogRSDURL$>

martes, mayo 18, 2004

Sobre la vainilla 


La vainilla es granulada y áspera al tacto. En una primera mirada es rígida y recta. Ya al obseravarla resulta ondulada, vulnerable, efímera. Por las tardes es una invitación saboreable: tan merendable por excelencia, tan absorvente de leches, tan aireada con ternura, que con sólo tener la idea ya está mojada, ya está hidratada aún sin haberlo querido. Justifica cualquier infusión.
Hay quien la tritura con placer. Se encuentra envasada o así, suelta. Sumergible en su naturaleza, ya nadie se resiste a masticarla sin desdén, a digerirla con saliva, a seducirse por su gusto simple, casi infantil.
A la mañana es placer de todos: escondida esponjosa y noble, crocante en algo; con ella el día será amable y suave.
Su dulzura es clave, equilibrada, gratificante. Sí.
Ha sido maltrtatada en bolsos y alacenas, ha sido olvidada y hasta reemplazada. Recordada, añorada, honrada, disfrutada, untada, pisada, cortada.
Pero valga una única advertencia: deviene asfixiante por descuido y
traición.
La receta, por si alguien se anima.

|

This page is powered by Blogger. Isn't yours?

Weblog Commenting and Trackback by HaloScan.com
imagen
 Bitacoras.com