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viernes, septiembre 10, 2004

10 de septiembre 


Sé oler los días. No soy infalible, pero sé cuando el día empieza mal, sé cuando el día empieza para simplemente repetir los días anteriores y también sé sentir cuando el día se aparta del resto, cuando el día tiene una carga distinta de vitalidad y entonces hay que estar a la altura de las circunstancias, atento a lo que pueda ocurrir.
Así empiezo otro viernes, oliendo el aire frío, cerrando un poco los ojos que apenas responden gracias a una ducha relámpago que logró sacarme de un profundo estado de confusión entre el sueño y la vigilia matutina. Las circunstancias podrían ser incómodas -pocas horas de sueño, el frío, el caos del tráfico - podría paralizarme pero, por el contrario, como si este revés circunstancial, esta cuesta arriba, esta piedra que habrá que tallar, me invitara a sentirme distinto y eso es bueno en sí mismo. Hoy agarré por Av. Sarmiento y después por Libertador. Alargué el recorrido porque era imprescindible ver otro paisaje. Era necesario volver a descubrir que mientras uno se arma una rutina, un mundo limitado y propio, una cotidaineidad que parece ser todo lo que existe, el mundo sigue en simultáneo con más y más historias y gente que vende panchos y café en los lagos de Palermo ya desde temprano y otros salen a correr en jogging y andá a saber si no podrían seguir durmiendo y entonces pienso en esa expresión, "la fuerza de voluntad", veo un tipo entrenando su caballo, lo imagino víctima de las mafias del mundo del turf, imagino al cajero del hipódromo desayunando maltratos, a un tipo muy seguro con su vida.
Llegué a la oficina otra vez muy temprano. El día será distinto y no lo dudo, escucho "la maison de mon reve" de Cocorosie porque lo recuperé después de un par de semanas de préstamo. Y elijo bien. "Tahiti rain song" me puede: es delicadeza y exotismo combinados con el mejor de los gustos y todo en ese ambiente que llaman lo-fi y todo con una voz finita pasada por helio. Subo la apuesta y me hago un mate cocido. Hoy no dejaré escapar a mi estado de ánimo por cualquier callejón sin salida. Hoy no olvidaré al aire frío en ningún momento. Estaré atento a las diferencias, a lo particular y saldré a dar un par de vueltas por ahí. Hoy estaré atento al paso de las hormigas. Tendré el olfato atento para disfrutar cosas simples, lo único que vale la pena quizás: volver a lo que alguna vez me gustó pero no lo supe, empezar poniendo la fecha y el estado del cielo, como en la primaria: hoy es viernes 10 de septiembre de 2004, día de frío y sol y de nubes tímidas.

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